Para el marido perfecto.
Esto de escribir no se me da tan bien como a ti, ¡claro está! tu eres el escritor yo... Lo más triste de todo es que me conoces mejor que yo misma y no creo que haga falta decirte nada.
El sonido de la máquina que cuenta el tiempo que me queda no es muy... ¿agradable? ¡Joder me estoy muriendo! ¡No es agradable! ¡No era agradable levantarme por las mañanas y ver una nueva arruga! Eso tenía fácil solución, una visita al Doctor Michael, el mejor cirujano y ¡voilà! Todo solucionado. ¡No era agradable ver que no cabía en mis braguitas de seda,o en mis pantalones GUCCI! ¡No era agradable ver como mi orina dejaba de ser cristalina para que ahora sea absorbida por los pañales que no llevé cuando era cría! Sí, ¡joder! Soy una materialista, superficial, con mucha frialdad y poco sentimental que me gusta dejarme llevar. Lo sé. Ahora lo reconozco. ¿Por qué me seguiste queriendo, por qué aguantaste? Fuiste el marido que me quiso, el primero y parece ser que el último.
Como ya te comentaba en las conversaciones tan monótonas que teníamos sobre yo, yo y nuevamente yo y mi trabajo pues: Lo que ya sabes es: la cantidad de gente que todavía tiene el sexo como tema tabú... ¡es algo estúpidamente gracioso! Son muchísimos los que hay por ahí sueltos y los que me han dado el dinero, entre otros que querían ¿innovar? Lo que ya no sabes tanto es la sorpresa que me llevé un día con dos cosas: la primera, la facilidad de aprendizaje de algunos; y la segunda, lo descarados que podían llegar a ser. ¿¡Una prueba práctica!? ¿Por qué tenía que ser tan descaradamente guapo, tan descaradamente sexy, tan...?
Pierre no te puedo decir que te quiero, porque si te hubiese querido: me sentiría mal por lo que hice, te habría sido sincera, me habría preocupado por leer tus libros, habría aprendido a cocinar tu comida favorita, sabría cuando sería nuestro aniversario, habría perdido la facilidad de mentir, habría dicho te quiero en cada beso, te habría respetado, te habría acompañado en cada momento, te habría llamado para preguntarte cualquier chorrada con tal de oír tu voz, te habría dado las gracias por cuidar de nuestras hijas, porque eso es lo único real que existió entre nosotros. No voy a pedirte perdón por lo que he hecho porque no me arrepiento. Pero, aunque suene a poco, te aprecio.
Lola
Tu tienes problemas de insomnio, no? xD
ResponderEliminarLa verdad es que, para mi gusto, esas son las mejores horas para pensar. Con la llegada de la noche se abre el baúl de los recuerdos y la mente empieza a divagar, es algo inevitable jaja
Sigue escribiendo así, que da gusto leerte jajaja
No tengo insomnio... XD
ResponderEliminarDe tus relatos que más me ha gustado. Directo, preciso, profundo. La mujer que describes se ajusta al dicho "en el pecado lleva la penitencia".
ResponderEliminarLo que más me sorprende a mí no es que el sexo se considere aún tabú, sino la poca iniciativa de las personas para aprender sobre algo tan importante.
Te sugiero que leas la biografía de una mujer llamada Beate Uhse. Te va a sorprender.