Cuando te vienes a dar cuenta la piel ya es demasiado fina. El tacto de terciopelo solo se intuye en las fotos antiguas. El agua de lluvia ya no rebota, se la bebe como si fuese la última vez. Sus párpados ya son acordeones desafinados y atascados. No hay más fuerza, no hay más dolor. Ya todo acabó.
Después de una pausa larga en las entradas, creo que se necesita un fuerte refuerzo positivo. Estoy seguro de que se te han ocurrido mil ideas e impresiones que plasmar, pero la rutina de la vida ha hecho difícil llevar a cabo esa tarea.
ResponderEliminarComo casi siempre, texto breve y melancólico. Digno de un experto del conceptismo en prosa. Concentra metáforas directas sobre los efectos del paso del tiempo, de la vida. Pero prefiero pensar en que la esperanza y el amor son más duraderos que el final.
Por favor, continúa tu labor creativa, a pesar del peso de las obligaciones.